Hablar de México es hablar de la impronta propia de su gente, de sus espacios y de sus más íntimos rincones. Las calles de sus ciudades están cargadas de un pasado que se refleja en sus construcciones y que nos hablan de un espeso acervo cultural, híbrido, místico, inagotable.
En este sentido, la ciudad de Aguascalientes se configura como un hito de fuerte presencia en la cultura de la región y del país. Ubicada en el Estado que lleva su mismo nombre, la localidad de las aguas cálidas y termales, bella particularidad que le regala su denominación como "Villa de nuestra señora de la Asunción de las aguas calientes" y atractivo tentador para muchas personas que buscan un lugar pleno de descanso, como de relajación corporal y mental. La ciudad no tiene salida al mar ya que se encuentra en la zona sur del país, al centro. Por lo tanto, su paisaje no se caracteriza por el paisaje tropical propio de las hermosas playas del mar Caribe y del occidente mexicano y las costas del océano Pacífico. No obstante, es un lugar para conocer, un espacio que tiene una gran convocatoria e ideal para realizar actividades relacionadas al turismo cultural. Por su gran cantidad de sitios, que son testimonios culturales materiales, que ponen evidencia la riqueza de un patrimonio arquitectónico rebosante de narraciones únicas, Aguascalientes se presenta como un espacio que debe ser explorado desde muchas perspectivas.
La ciudad se destaca por sus mercados tradicionales, sus instituciones y recorridos culturales, sus plazas y lugares históricos, su estructura arquitectónica y sus festividades.
Podemos mencionar el Mercado Terán o mercado central de la ciudad, donde podemos conseguir desde pócimas para el amor, hasta comidas típicas y artesanías regionales. También hay museos muy importantes como el Museo Nacional de Antropología e Historia, y centros culturales como la Casa de la Cultura y Los Arquitos. Entre los lugares reconocidos, conlleva una gran importancia simbólica el Complejo Ferrocarrilero Tres Centurias, que es un antiguo edificio que actualmente funciona como centro de entretenimiento y de turismo.
Y otros sitios que son muchos e igualmente importantes, como la Catedral Basílica de la ciudad, la Plaza de Armas, el Jardín del Encino, el Palacio de Gobierno y el Palacio Municipal, el Teatro Morelos. Además, hay construcciones que son apropiadas por la devoción de las personas, por sus creencias y por sus más profundos sentires, espacios de relatos y de rituales: los templos y las iglesias. El pasado eclesiástico del Aguascalientes es algo que aún hoy se encuentra muy presente y que forma parte de su paisaje urbano, como de la identidad de su pueblo.
El Templo de San Antonio de Padua, el Templo del Señor del Encino, el Templo de la Merced o del Rosario y el Templo de Guadalupe, son obras que recorren un fragmento de la historia que logra extenderse y estar vigente en la constitución de la ciudad y del país mismo.
Destacamos aquí, el Templo de Guadalupe. Este lugar de adoración fue comenzado a construir y llevado adelante por Felipe de Ureña en el año 1767, finalizando totalmente unos 20 años más tarde y erigido en Parroquia un 26 de julio de 1931. Con un innegable estilo barroco, esta iglesia se compone como parte de los múltiples elementos que hacen a la riqueza arquitectónica de la ciudad y es el segundo edificio religioso más importante de Aguascalientes.
Desde el exterior podemos observar una cúpula imponente, de grandes dimensiones, alta en el cielo y recubierta en su exterior con vistosos azulejos de pañuelo. El interior del santuario posee una decoración exuberante en el que se destaca la decoración escultórica y pictórica de gran calidad artística. Al ingresar, la vista quiere ocuparlo todo, ya que sus elementos son múltiples y el ambiente está recargado de objetos. Entre ellos, posiblemente los que más logran capturar la atención son el púlpito realizado en tecali, una piedra volcánica parecida al mármol y también, las pinturas de las pechinas, en donde cada una de ellas representa las cuatro apariciones de la Virgen María. El autor de estas obras plásticas es José de Alcíbar y fueron realizadas en la segunda mitad del siglo XVIII.
Al fondo del templo se encuentra la Capilla del Santísimo, pequeña, denota rasgos de un estilo neogótico. Por otro lado, las torres de dos cuerpos que sostienen el lugar, fueron construidas con el seguimiento del maestro Refugio Reyes. Entre los elementos destacados mencionamos además, la plazuela dedicada al Papa Juan Pablo II, una construcción hallada en el atril.
Cientos de personas entran al santuario día a día, movilizados por cuestiones de la fe. Sin embargo el Templo de Guadalupe se constituye como un gran atractivo turístico y cultural, que conforma una visita obligada para aquellos que visitan Aguascalientes y que quieren conocer algo de su historia.
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